¡Ay cariño, estoy temblando de placer mientras introduzco mi miembro erecto en la estrecha cavidad de esta ardiente Vampira! Sus labios carnosos rodean mi miembro con tanta intensidad que siento que estoy a punto de explotar de pasión. Con cada embestida, gritos de lujuria escapan de nuestros labios, haciendo eco en la habitación. Su piel pálida y suave me hace sentir como si estuviera siendo chupado por el mismísimo Diablo. ¡Dios mío, esta vampira es una verdadera maestra en el arte del sexo! ¡Estoy completamente hechizado por su sensualidad y espero seguir cogiéndola hasta el fin de los tiempos!
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